lunes, 15 de junio de 2009
Conferencia de Héctor
Dejo aquí la conferencia que Héctor Fígoli dictó en la facultad de psicología de la U.N.R el día 28 de agosto de 1997, en el marco de las jornadas argentino-uruguayas "Historia y Psicoanálisis" organizadas por el Frente Amplio Estudiantil Santiago Pampillón.
Para citar el texto utilizar estos datos. Texto no establecido por el autor.
Gráfico realizado por las psicoanalistas Federica Benassi y Bárbara Sujmajier, a quienes agradezco la facilitación del material.
La realidad se pone a prueba - Héctor Fígoli
Gráfico
Para citar el texto utilizar estos datos. Texto no establecido por el autor.
Gráfico realizado por las psicoanalistas Federica Benassi y Bárbara Sujmajier, a quienes agradezco la facilitación del material.
La realidad se pone a prueba - Héctor Fígoli
Gráfico
martes, 26 de mayo de 2009
sábado, 23 de mayo de 2009
Silvia Bleichmar
El texto de Silvia que vamos a trabajar la próxima
Límites y excesos del concepto de subjetividad en psicoanálisis
Límites y excesos del concepto de subjetividad en psicoanálisis
jueves, 21 de mayo de 2009
Reseña primera reunión
Luego de una suerte de homenaje a Silvia Bleichmar (que adjunto) partimos de una afirmación, hiperbólica, que advierte que lo que está en juego o, dicho de otra manera, lo que pretendemos sostener, es no sólo la vigencia de un modo de práctica (que llamamos clínica) sino la racionalidad misma de los enunciados que la fundan, bajo el riesgo de que, al no hacerlo, el psicoanálisis caiga junto a la chatarra que se barre periódicamente en la historia del conocimiento.
Urgente tarea, entonces, la de abandonar los elementos obsoletos, separar los enunciados de permanencia y realizar un ejercicio de recomposición intrateórica de las dosis de verdad que el psicoanálisis posee.
Decíamos que, al realizar este trabajo, recortaríamos los elementos permanentes del funcionamiento psíquico que no sólo se sostienen sino que constituyen el único horizonte explicativo para los nuevos modos de emergencia de la subjetividad (que tendremos, a su vez, que definir).
Esto nos llevaba a una especie de paradoja que enunciamos de la siguiente manera:
Es especificando más el campo (lo que impresiona como ortodoxia) como vamos a poder pensar las mutaciones contemporáneas.
Frente a esta paradoja (con lo “viejo” pensar lo “nuevo”) elevábamos una serie de razones que nos “autorizaban” a no embarcarnos ciegamente en las estrategias de aggiornamiento poniendo en cuestión el problema de lo “nuevo”.
Tres citas (que no reproduzco) venían a explicarnos. Geertz, Gramsci y Laplanche.
La necesidad de diferenciar entre Condiciones de producción de subjetividad (modo histórico de producción de sujetos sociales) y Condiciones de constitución del psiquismo (en sus reglas y su universalidad) implica una enorme tarea de desgajamiento de estas últimas respecto a aquellas. Tarea trabajosa ya que:
“… es inevitable que nuestra teoría se vaya llenando, a lo largo del tiempo, de remanentes ideológicos entretejidos en el interior de los paradigmas que pretendemos construir: inevitable, en la medida en que la práctica psicoanalítica se establece en el marco de los fantasmas y decires de quienes la practican -de uno y otro lado del diván- sus enunciados se ven impregnados por los modos históricos de producción de subjetividad de los seres humanos que la nutren.” (Silvia Bleichmar – La subjetividad en Riesgo)
Todo esto estaba enmarcado en una advertencia general, en particular a nosotros mismos, ya que conocemos nuestro punto débil: hemos sido dogmáticos, hemos trasladado la religión a la ciencia y a la política, hemos hecho de las obras, doctrinas, de los referentes, dioses.
De todos modos nuestra cautela no debe ser confundida con el relativismo intelectual. No deseamos abandonar la lucha teórica y no tememos confrontar ideas. Estamos convencidos que se piensa con y contra otros. El conflicto es, no sólo inevitable sino fuente de elaboración y motor del pensamiento. El cómodo eclecticismo no es sino el reverso especular del dogmatismo.
Amparado, el eclecticismo, en lo “democrático” y “tolerante” lleva, necesariamente, en el fluir interminable de autores, pertenecientes, cada uno de ellos, a regímenes de pensamiento no sólo diferentes sino, en muchos casos, opuestos, a la más aguda confusión.
Pedimos, sin embargo, que no se malinterprete nuestra posición: no proponemos, de ninguna manera, que no se trabaje tal o cual pensamiento sino, al contrario, que este trabajo se acompañe del esfuerzo mencionado anteriormente, aquel que sitúa nuestra herencia en los condicionamientos propios de lo histórico-social.
Aquí se nos hace indispensable un pensamiento acerca de la temporalidad y la historia, ya que esta última, como decíamos citando a Laplanche, no está hecha de continuidades sino de rupturas, pero, estas últimas, al mismo tiempo, implican repetición, represión y retorno de lo reprimido.
Finalmente, avanzamos un paso más en la propuesta y decíamos que es a partir de esta recomposición intrateórica como podríamos abordar, dignamente, el diálogo inter-teórico.
Próxima reunión
Definir la relación del sujeto psíquico con la realidad para abordar, a partir de ello, las transformaciones en la subjetividad.
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
Breve tratado sobre el inconciente (Jean Laplanche)
La realidad se pone a prueba (Héctor Fígoli)
Límites y excesos del concepto de subjetividad en psa (Silvia Bleichmar)
Urgente tarea, entonces, la de abandonar los elementos obsoletos, separar los enunciados de permanencia y realizar un ejercicio de recomposición intrateórica de las dosis de verdad que el psicoanálisis posee.
Decíamos que, al realizar este trabajo, recortaríamos los elementos permanentes del funcionamiento psíquico que no sólo se sostienen sino que constituyen el único horizonte explicativo para los nuevos modos de emergencia de la subjetividad (que tendremos, a su vez, que definir).
Esto nos llevaba a una especie de paradoja que enunciamos de la siguiente manera:
Es especificando más el campo (lo que impresiona como ortodoxia) como vamos a poder pensar las mutaciones contemporáneas.
Frente a esta paradoja (con lo “viejo” pensar lo “nuevo”) elevábamos una serie de razones que nos “autorizaban” a no embarcarnos ciegamente en las estrategias de aggiornamiento poniendo en cuestión el problema de lo “nuevo”.
Tres citas (que no reproduzco) venían a explicarnos. Geertz, Gramsci y Laplanche.
La necesidad de diferenciar entre Condiciones de producción de subjetividad (modo histórico de producción de sujetos sociales) y Condiciones de constitución del psiquismo (en sus reglas y su universalidad) implica una enorme tarea de desgajamiento de estas últimas respecto a aquellas. Tarea trabajosa ya que:
“… es inevitable que nuestra teoría se vaya llenando, a lo largo del tiempo, de remanentes ideológicos entretejidos en el interior de los paradigmas que pretendemos construir: inevitable, en la medida en que la práctica psicoanalítica se establece en el marco de los fantasmas y decires de quienes la practican -de uno y otro lado del diván- sus enunciados se ven impregnados por los modos históricos de producción de subjetividad de los seres humanos que la nutren.” (Silvia Bleichmar – La subjetividad en Riesgo)
Todo esto estaba enmarcado en una advertencia general, en particular a nosotros mismos, ya que conocemos nuestro punto débil: hemos sido dogmáticos, hemos trasladado la religión a la ciencia y a la política, hemos hecho de las obras, doctrinas, de los referentes, dioses.
De todos modos nuestra cautela no debe ser confundida con el relativismo intelectual. No deseamos abandonar la lucha teórica y no tememos confrontar ideas. Estamos convencidos que se piensa con y contra otros. El conflicto es, no sólo inevitable sino fuente de elaboración y motor del pensamiento. El cómodo eclecticismo no es sino el reverso especular del dogmatismo.
Amparado, el eclecticismo, en lo “democrático” y “tolerante” lleva, necesariamente, en el fluir interminable de autores, pertenecientes, cada uno de ellos, a regímenes de pensamiento no sólo diferentes sino, en muchos casos, opuestos, a la más aguda confusión.
Pedimos, sin embargo, que no se malinterprete nuestra posición: no proponemos, de ninguna manera, que no se trabaje tal o cual pensamiento sino, al contrario, que este trabajo se acompañe del esfuerzo mencionado anteriormente, aquel que sitúa nuestra herencia en los condicionamientos propios de lo histórico-social.
Aquí se nos hace indispensable un pensamiento acerca de la temporalidad y la historia, ya que esta última, como decíamos citando a Laplanche, no está hecha de continuidades sino de rupturas, pero, estas últimas, al mismo tiempo, implican repetición, represión y retorno de lo reprimido.
Finalmente, avanzamos un paso más en la propuesta y decíamos que es a partir de esta recomposición intrateórica como podríamos abordar, dignamente, el diálogo inter-teórico.
Próxima reunión
Definir la relación del sujeto psíquico con la realidad para abordar, a partir de ello, las transformaciones en la subjetividad.
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
Breve tratado sobre el inconciente (Jean Laplanche)
La realidad se pone a prueba (Héctor Fígoli)
Límites y excesos del concepto de subjetividad en psa (Silvia Bleichmar)
Programa 2009
Instituto de la familia 2009
Actividades de formación
LA REALIDAD PSÍQUICA Y LO HISTORICO-SOCIAL
3 REUNIONES
Jueves 14 de mayo – jueves 11 de junio – jueves 2 de julio
20:00 hs
A cargo de: Nicolás Vallejo
Las preguntas por las condiciones contemporáneas de una práctica son recurrentes en la historia del pensamiento. La paradoja a la que se ve sometido el pensamiento crítico que, mientras más eficaz resulta más rápido deja de serlo -en tanto las condiciones sobre las que operaba se transformaron por su propia operación- nos exige, constantemente, repensar el terreno sobre el que se trazan las coordenadas de una intervención posible.
Primera reunión:
Aproximación a la distinción propuesta por Silvia Bleichmar entre “Constitución psíquica” y “Producción de subjetividad”.
Realidad histórica, realidad subjetiva y realidad psíquica: primeras definiciones.
Segunda reunión:
Constitución psíquica: La teoría de la seducción generalizada
Producción de subjetividad: Imaginario social instituyente y discurso de conjunto.
Tercera reunión:
Ayer y hoy: La situación analítica.
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